Ya huele a marzo por el blog, anda que no se nota ná.
Y Chus nos propone un ciclo de reflexiones en torno a preguntas, ¿una por semana?
Como dijo Adrianne Rich, hay maneras de pensar de las cuales aún no sabemos nada; así que esperamos vuestras respuestas, reflexiones o lo que os sugiera, esta semana...
¿qué sentido tiene seguir celebrando el 8 de marzo?
Aunque pueda parecer viejuno, y hay quien lo tacha ya de añejo, a sus 100 años de edad el 8 de marzo sigue vivo. Como espacio de encuentro. Como chute de energía. Para sabernos muchas, ni dos, ni cuatro. Para ocupar el espacio público, cada vez menos espacioso y menos público. Para visibilizarnos como movimiento social, especialmente ese feminismo crítico que no encuentra cobertura ni reflejo en el discurso oficial de la igualdad.
ResponderEliminarLa convicción de nuestras denuncias y propuestas para transformar la sociedad se manifiesta en su diversidad y desde la diversidad. Alrededor del mundo, jóvenes, heteros, católicas, punks, campesinas, históricas, trans, letradas, negras, lesbianas… Con firmeza, llenas de indignación, con sabia ironía, con creatividad, con humor.
Por la vida, por la cuidadanía, por la sostenibilidad humana y planetaria, por el fin de la precariedad civilizatoria, por la autonomía, por la decisión sobre nuestros cuerpos, por una vida libre de violencia, por estados laicos... En definitiva, por ampliar y dar significado a la lejana democracia.
Yo la verdad que lo sigo encontrando interesante. Mientras hace una labor pedagógica y de sensibilizacion a la ciudadanía, da a conocer como dice trasfuga mogollón de propuestasque se están generando.
ResponderEliminarLo que irá cambiando en todo caso, será la forma de celebracion, pues han cambiado las formas en el feminismo. Pero la conmemoración, sigue, bajo mi punto de vista, tan vigente como en sus origenes.... 100 años, lavíhen !!eso no es ná, yo nací en 1815 y, ya véis, estoy como una chavala, sólo hay que estar a pie de lucha, ser disidente y abrirse a nuevos cambios ;)
salud y feminismo en este 8 de marzo de 2010, queridas/os